miércoles, 7 de abril de 2010

De Madre a Madre

Ayer me llegó un correo que me hizo reflexionar. El correo era el siguiente:

CARTA DE UNA MADRE A OTRA EN EL PAÍS VASCO:

"Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la manifestación de ayer a favor de la reagrupación de presos de ETA y su transferencia a cárceles del País Vasco. Y cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo, y de lo que te supone económicamente ir a visitarlo. Vi toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el apoyo que recibiste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo. Y vi, también, que contáis con el firme apoyo de comisiones pastorales, -¡ay, los curitas vascos!- órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, gestoras, ONG's, etc.

Como pedíais comprensión a voz en grito, yo, que también soy madre, puedo comprender tu protesta e indignación, pero antes quiero decirte algunas cosas. Verás:

La distancia que nos separa a mi hijo y a mí es enorme, y mis dificultades para visitarlo pueden ser idénticas, o tal vez, mayores que las tuyas. Sólo con mucho sacrificio puedo hacerlo los domingos, porque trabajo incluso los sábados para asegurar el sustento y la educación del resto de mi familia, pues soy viuda y madre de dos hijos. Tenía otro hijo más, pero murió una lluviosa mañana de otoño cuando se dirigía al instituto. Tuvo la mala suerte de pasar cerca de un coche aparcado cuando hizo explosión una bomba lapa que había puesto otro chico no tan joven como él en los bajos de ese vehículo. El que la puso era tu hijo, ¿sabes?, por eso está entre rejas. Y yo quisiera que tú te pusieras un poco en mi pellejo, y en tu próxima visita a la cárcel, cuando estés besándolo y hablando con él, pienses que quizá yo también puedo estar visitando al mío, pero no podré sentir como tú el timbre de su voz ni el calor de sus besos..., sólo ahogarme en lágrimas y dejar allí, en su tumba, como único consuelo, un ramo de flores.

Ah, se me olvidaba decirte que con lo poco que gano a pesar de lo mucho que trabajo, no sólo tengo que sostener mi casa, sino pagar, a través de los impuestos, el derecho de tu hijo a vivir sin dar golpe, dormir en un cómodo colchón y tomar una nutritiva comida caliente todos los días.

Y una última cosa. Nunca vino a mi casa ningún representante de esas entidades que tan cálidas y solidarias son contigo para darme apoyo, ni para dedicarme alguna palabra de alivio. No vinieron ni tan siquiera para decirme cuáles son MIS DERECHOS, y eso que dicen ser "entidades en defensa de los derechos humanos". Será, tal vez, que a mí no me otorgan la condición de ser humano
."


Antes que nada no sé si la carta es real, no lo puedo demostrar, he rebuscado y solo he encontrado la carta en varios sitios y blogs. Quizás sea real pero no escrita por una madre... si no por el libre pensamiento de alguien que lo ha reflejado de este modo.
Tampoco soy ciudadana vasca ni vivo en la península para saber qué es el temor a un ataque terrorista (ya sea por parte de ETA o de cualquier otro grupo terrorista). Sí que hay presos etarras en las cárceles canarias y aunque ese temor sea indirecto, lo comprendo.

No me gusta dar opiniones al respecto de este tema, me gusta estar al margen de ideologías, luchas o como queráis llamarlo porque cada uno tiene sus propias conclusiones sobre ello y esta en todo su derecho de pensar como quiera. Además que se formaría un debate y no lo cerraríamos en años...

Al respecto solo diré que para el entorno etarra hay dos realidades:

- La de sus presos, que son víctimas de la sociedad y héroes de "su causa"
- La de los muertos, que no son otra cosa más que "daños colaterales" necesarios para la puñetera causa.

Y me pregunto: ¿Habrá alguna causa lo suficientemente grandiosa como para merecer la muerte de un inocente? ....

Hasta la próxima :)
votar

No hay comentarios: